Detalles del proceso: de que producen trencas
Todos conocen un abrigo abrigador de dos filas de botones llamado trenca que es un patrimonio de los marineros británicos de guerra del siglo antepasado. Como se dice, todo lo nuevo es lo viejo bien olvidado, y las prendas con historia siempre han sido apreciadas en el mundo de la moda. Sin embargo, la trenca ha sufrido ciertos cambios y uno de ellos es el material del que se produce el abrigo legendario.
En aquellos tiempos
La trenca clásica obtuvo su nombre de la tela de la que fue producida. La lana densa llamada duffle y producida en el pueblo bélgico Duffle no dejaba pasar a ningún viento y humedad, conservaba calor. Es decir, ¡una opción ideal para el servicio marino!
El material del falso también tenía gran importancia: el falso se producía de lana y fue teñido de “tartán” (de cuadros rojos escoceses). Este dibujo recordaba tácitamente de pertenencia al gran Reino Unido.
Ahora
En nuestros tiempos la vieja trenca está retirada con honor. La cosa es que además de sus cualidades indudables este material poseía unas particularidades no muy atractivas: por ejemplo, tenía un peso considerable y era rústico a tiento. Una cosa son los marineros bravos y los lechuguiños criticones de la ciudad son otra cosa. Los diseñadores se echaron a buscar nuevas soluciones. Las trencas modernas pueden ser divididas en dos partes: las opciones caras y exquisitas y los modelos módicos. Éstos se fabrican de diferente tipo de tela de abrigos, copia de paño, mezcla de lana con materiales sintéticos. Sin embargo, tales abrigos apenas pueden ser llamados “trencas”: es que de la esencia de la prenda queda solo el estilo general, tales modelos no le defenderán de los fríos. Mientras que las trencas auténticas hasta en su opción moderna pueden conservar calor no peor que una pelliza, abrigándole hasta en los fríos de 20 grados bajo cero. En mayoría de los casos para la producción de tales modelos se usan materiales italianos.
Las trencas modernas pueden ser cosidas de la lana de camello densa y un poco recia o de la lana tierna de alpaca y además del puro casimir. Aquí hay que tomar en cuenta sus predilecciones: si desea llevar una prenda ligera y tierna a tiento o prefiere acercarse lo máximo posible a aquella misma opción “marina”.
La tela del falso también sufrió cambios: ahora aparecen no solo las opciones de lana, sino las acolchadas y de piel. La condición principal es que el material sea natural y conserve bien calor. De otro modo, el tartán clásico no cede terreno.
Se han cambiado el tiempo y la “audiencia objetivo”, se ha mejorado la trenca. Lo más importante es que la esencia de esta prenda única se ha conservado. Especialmente gracias a su universalidad y practicidad la trenca sigue estando en la cúspide de su actualidad a pesar de que ya es el siglo XXI.