Patrimonio de la marca Original Montgomery
La primera trenca apareció en la marina de guerra Real de la Gran Bretaña a finales de los años 1880 en respuesta a la petición de los marineros de una ropa de calle que pudiera defender de mal tiempo de que sufría tan a menudo la marina británica en el Atlántico del norte y el océano Glacial Artico.
Diseño de primeras trencas
El diseño inicial de la trenca se distinguía mucho de la trenca clásica del corte moderno. No está claro cuando apareció pero aquí está la foto de la mitad de los años 1880 en la que supuestamente se puede ver los marineros británicos vestidos de trencas del corte inicial. Era corto, muy amplio, en la parte delantera era un broche a la caja. Tal corte no inmovilizaba quando hacía falta subir las escaleras y además daba margen de maniobra en caso de utilización de armas etc, pero no podía conservar calor y era demasiado pesado. La capucha parecida a la de los monjes apenas defendía de los ventarrones. Los marineros a menudo se ceñían con cuerda y la ataban con la parte interior de la capucha pada disminuir la superficie abierta. Al modelo siguiente añadieron los broches regulables alrededor de la capucha que permitían abrocharla ajustadamente y defender de este modo la cara del marinero de los vientos fríos.
A caballo de los siglos los britanos crearon el segundo modelo de la trenca que era muy parecido a la trenca clásica del corte moderno — es un modelo recto que no cedía ante el de dos filas de botones en su eficiencia con bordadura decorativa en los hombros como en las cazadoras donkey. Gracias a esta particularidad la trenca se hizo más práctica ya que se hizo más fácil llevar a la espalda cosas pesadas y se mejoraron las calidades hidrófugas del abrigo en la parte de hombros — precisamente donde cae la lluvia.
Tela para producción
El nombre duffle proviene del nombre del pueblo bélgico Duffle o Duffel (depende de cómo se pronuncia — a lo francés o flamenco) donde apareció esta tela inicialmente. Está producida de lana de mezclilla cocida muy sólida y en nombre del pueblo fue enlazado en el borde de la tela que cortaban para defender la tela durante transportación. De este modo el abrigo recibió el nombre de duffle.
Después de que la trenca fue cosida en la marina de guerra Real de la Gran Británica — casi todo el proceso tenía lugar en la Gran Bretaña — los políticos decidieron que la tela debía ser británica y no belga por eso desde los principios del siglo empezaron a utilizar la lana británica.
Entonces la marina de guerra Real de la Gran Bretaña utilizó ambos tipos de trencas. La tela tenía todos los colores: de color camello a caqui, hasta marrón pero paradójicamente faltó el azul oscuro en la paleta. Así fue para conservar el precio bajo de trencas, ya que el color de la trenca se determina por el color de la lana de oveja.
Las trencas de la lana de las ovejas que tenían más lanolina natural — un material ceroso que es muy impermeabilizante — defendían mejor de mal tiempo.
Papel unidor de trenca
Siguiendo el ejemplo de la marina de guerra Real de la Gran Bretaña, las fuerzas navales de otros países ordenaron trencas producidas en la Gran Bretaña y las utilizaron en todos los tipos de fuerzas armadas. Muy pronto se podía ver oficiales llevando trencas adquiridas en la marina. Para los jefes que pensaron en el futuro era evidente que el final de la guerra dependía de fe de los soldados en la igualdad y justicia y que el método de látigo que todavía era popular a principios de la Primera guerra mundial debía ser reemplazado. La trenca era popular entre algunos oficiales porque de este modo como si dijeran que eran iguales que los simples soldados de infantería, y la trenca se hizo ropa universal contra mal tiempo. Pero en la mili lo miraron a lo zaino, por eso raras veces se puede ver oficiales llevando trencas en las fotos oficiales — en el ejército hubo disigualdad de clases. Sin embargo, el que servía en la nave de la marina de guerra Real de la Gran Bretaña, tomaba la primera trenca que veía cuando llegaba el tiempo de ir a la cubierta no importa fuera marinero ordinario o almirante — todos llevaban la misma trenca.
Las trencas fueron suministradas hasta para los primeros equipajes de submarinos pero eran acortadas o reemplazadas por cazadoras parecidas a las de los motociclistas porque era muy importante ahorrar el espacio.
A lo largo de los años 1930 la Gran Bretaña estuvo preparándose para la guerra, pero las trencas se producían en millones de ejemplares. Otra vez estaban disponibles todos los colores pero en estos tiempos apareció también el azul oscuro además del color camello típico para las marina de guerra y el color caqui para la mili. Durante la Segunda guerra mundial las trencas llevaron en todos los ejércitos y marinas de conjunto. Esto explica parcialmente porqué las trencas son populares en muchos países del mundo.
En 1941 el coronel David Stirling creyó Long Range Desert Group en Africa del Norte que más adelante se hizo parte de las fuerzas de cumplimiento del convenio. Este grupo tenía que sembrar pánico en la retaguardia del enemigo lo que realizó con gran éxito. El grupo condujo los camiones Chrysler modificados por vehículos de guerra sin tejados y con ametralladoras pesadas en la parte trasera.
Todo el equipo fue abastecido de trencas que se utilizaban de día como asientos mientras que la fila de vehículos corría en el desierto y de sacos de dormir en las noches frías.
Stirling opinaba que no había jefe en las las fuerzas de cumplimiento del convenio, solo había gente con sentido de finalidad de gran valentía. Hasta el final los soldados de las fuerzas de cumplimiento del convenio llevaron trencas como una señal de una igualdad real.
También se conoce la historia del mariscal de campo Bernard Law Montgomery que, como Stirling, ejerció su servicio en Africa del Norte. El rango militar supremo de ejército de tierra británico no le impedía llevar una trenca por lo que fue amado por los soldados. De esta manera la trenca desempeñó un papel importante en la unión de soldados y oficiales del ejército británico.
Tiempos de postguesrra
Después de la guerra centenares de miles de trencas no utilizadas por las fuerzas armadas fueron vendidas barato o entregadas de ayuda humanitaria en las partes de Europa devastadas por la guerra. De este modo la trenca modesta adquirió nuevo sentido político y se hizo ropa de los intelectuales pobres lo que era una seña de que la trenca se hizo “abrigo popular”. Esta torrente de trencas que volvieron en el giro, si desea, duró hasta los años 1960. Las trencas bien cosidas sirven mucho.
Hoy en día la trenca es un clásico único amado por todos que intenten copiar. Las trencas británicas no solo conservaron el ánimo de las trencas originales sino también elevaron el nivel del arte de la producción de estos abrigos. Al existir más de cien años, estamos seguros de quevamos a desarrollarse de modo activo por lo menos cien años más.